Por momentos, a los jóvenes y no tan jóvenes, se nos olvida que la vida es un ciclo que termina en la vejez. Pero, como lo vemos como algo lejano se nos olvida respetar, cuidar, proteger y velar a los que alguna vez lo hicieron con nosotros.Nos quejamos de los ancianos al volante; nos burlamos de los ancianos que hacen deporte; nos despreocupamos de los ancianos que van cayéndose en el microbús sin pensar siquiera en cederles nuestro lugar. Pareciera que nos pesa tenerlos a nuestro lado...¿Te imaginas qué tan feo se ha de sentir que se estén quejando de ti todo el tiempo?“Ser viejo es aburrido”, “yo no quiero llegar a la vejez”, “de viejo ya nadie te quiere”, “¿para qué llegar a los 70 años y ser un estorbo para los demás?”, son algunas frases que he escuchado sobre el tema.
Sin embargo, sólo queda reflexionar cómo es que se puede pensar todo esto, pareciera que nos vemos como máquinas y no seres humanos. Ya está viejo, ya se hecho a perder... ¡No!Algunos, como yo, es probable que ya no tengamos a ninguno de nuestros abuelos con vida pero, eso no nos impide que día a día los llevemos en el corazón.Para los afortunados que aún cuentan con sus abuelos, no los olviden ni los hagan a un lado; acérquense a ellos, disfrútenlos, aprendan algo de ellos. Como dice el dicho: “más sabe el diablo por viejo que por diablo”.